La Federación Internacional de Periodistas (FIP) se suma a su afiliado nacional el Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa (SNRP) en condenar el asesinato de dos periodistas en Oaxaca y Veracruz, los dos estados que suman la mayor cantidad de homicidios a periodistas.
Nuevamente, México ha sido escenario del asesinato de quienes tienen por trabajo informar a la sociedad: el día 2 de julio comenzó con la noticia del asesinato de a Filadelfo Sánchez Sarmiento, locutor del noticiero principal de una estación radial de Oaxaca, para luego darse a conocer el descubrimiento del cuerpo sin vida del periodista Juan Mendoza Delgado, quien había sido reportado como desaparecido el martes 30 de junio.
La muerte del oaxaqueño Filadelfo Sánchez Sarmiento se dio luego de recibir al menos siete balazos frente a la radiodifusora donde trabajaba.
Paralelamente, el cuerpo de Juan Mendoza Delgado (residente del municipio Medellín de Bravo, donde también vivía el primero secuestrado y después asesinado periodista Moisés Sánchez Cerezo) fue encontrado muerto bajo circunstancias que autoridades judiciales señalan como atropellamiento, aunque no hay huellas de golpes que sostengan esa teoría.
Los miembros del Comité Ejecutivo Nacional del SNRP exigieron a la Procuraduría de Oaxaca que no se descarte el ejercicio periodístico de Filadelfo Sánchez Sarmiento como el móvil del crimen , tomando en cuenta la posible implicación de autoridades estatales o municipales en el homicidio.
Según Leonardo Olivas Ortiz, Secretario General del SNRP, el sindicato denuncia que “Desde 2011, cuatro periodistas permanecen desaparecidos en Veracruz, otra de las entidades más peligrosas para ejercer periodismo en México. Desde el inicio de la administración de Javier Duarte, trece comunicadores han sido asesinados, y otros han tenido que abandonar el peligroso estado para ejercer el periodismo”.
La Federación Internacional de Periodistas se suma a la SNRP en señalar el clima de violencia que, si bien es generalizado, se da con especial fuerza en los estados de Oaxaca y Veracruz; a la vez que exige, junto a la comunidad periodística internacional, la inmediata actuación de las autoridades para que se de un cambio en el contexto de impunidad preponderante en todo el país.
Resulta indispensable para corregir al menos en parte la injusticia del asesinato de estos comunicadores que no se descarte la pista profesional de la investigación de estos crímenes, procedimiento habitual en las investigaciones judiciales.
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